La provincia de Albacete es capaz de sorprender a sus visitantes con los parajes y rincones mas típicamente manchegos pero, del mismo modo, también con los más sorprendentes y bellos contrastes. Si atrayentes son las infinitas llanuras, que permiten disfrutar de los días más largos, no menos lo son sus zonas de montaña y famosas sierras. Una ruta muy recomendable para los amantes de la naturaleza es la que nos lleva a descubrir la Sierra del Segura. El nombre lo toma del principal río que discurre por ella. Con una superficie total de mas de 267.000 Ha. la comarca que recibe el nombre de la Sierra del Segura, abarca los municipios de Ayna, Bogarra, Elche de la Sierra, Férez, Letur, Liétor, Molinicos, Nerpio, Paterna del Madera, Riópar, Socovos y Yeste.Además de estos pueblos, la Sierra está salpicada de cortijos y pequeñas aldeas, que guardan el sabor de la tradición y la historia. Esta siempre fue zona de paso, pudiendo encontrar pinturas paleolíticas en la Cueva del Niño de Ayna o neolíticas en Nerpio, Socovos y Letur.También griegos y fenicios dejaron prueba de su paso por estas zonas en numerosos yacimientos y obras como la Esfinge de Haches. Puentes, restos de calzadas, termas, nos indican que cartagineses y romanos vivieron aquí. Pero la huella mas profunda, fue sin duda la dejada por mas de quinientos años de presencia árabe. Desde el trazado de los actuales pueblos, con sus características calles y espaciosos patios, hasta monumentos y atalayas. Para aquellos que buscan paisajes naturales cargados de vida, la mejor recomendación que se les puede dar es sin duda la de abrir bien los ojos y empaparse, a través de sus cinco sentidos, de las maravillas de una Sierra única en muchos sentidos. Pertenece a la cordillera Bética, formada por elevaciones de hasta 2090m (Pico de las Cabras, en Nerpio).Junto a lo verde de esta Sierra, destaca el rumor de sus ríos (Zumeta, Tus, Taibilla, Madera y Mundo) que la atraviesan dando vida a cada centímetro de tierra.Pero tan importante como el entorno es la posibilidad de encontrar lugares donde descansar (es recomendable utilizar al menos una semana para conocer en profundidad esta ruta). Una cama, una buena chimenea y los platos típicos de la zona regados con vinos de la mancha, será el final más idóneo para una inolvidable jornada. |